Un oso negro, oji-amarillo había sido citado en la oficina de los generales, lo iban a informar de alguien como nuevo recluta. Mientras caminaba veía cada cuadro del lugar, desde el primer general asta el actual que solo estaba con su uniforme serio y temido. Al llegar cerca de la entrada en donde estaba el general se encontró con una osita blanca verde Clarito al rededor de un ojo, con el hocico de igual color y pecas, pequeña sentada a un lado de la puerta de la oficina, se notaba que era muy enana ya que colgaba sus piernas en el asiento permitiéndole hamacarlas, el sargento al verla sintió algo raro en su pecho, era un pequeño calor en...su ¿corazon? Cuando el tipo estuvo alado de la joven ella lo miro y le sonrió como si fuera una niña pequeña, a lo que el sargento solo la ignoro con nerviosismo ante la acción: -Sargento caricias...-Dijo el coronel -Coronel...-Saludo el sargento firme y con la mano a la frente- Sargento caricias a sus órdenes, señor-Dijo esto último nervioso y levantando la voz. El capitán Hocicos se puso alado del coronel mayor, con su cara seria como si no le importará estar hay: -como vera sargento...-Dijo mostrándole unos papeles-Entrara una nueva recluta su compañía... ¿Una? Iba a ser una de las pocas mujeres en el ejército, el sargento pidió al cabo pompón quién estaba alado de la puerta que llamarán a la joven, el salió por unos segundos y cuando paso por la puerta apareció la misma osita que vio caricias...ese sentimiento de calor...se había echo presente otra vez....