Sin pálpito

¿Qué puedo decir? Me enamoré jodidamente de Joseph Scott hace más de 10 años, me enamoré incluso de su peor defecto, el me atrapo desde aquella primera vez que nuestras miradas se cruzaron entrando a preparatoria. Había creído que Joseph era el amor de mi vida desde mis 15 años, había creído que él y yo éramos invencibles y que sin importar lo que pase tendríamos un final feliz. Él y su perfecta sonrisa imperfecta cambiaron mi vida por completo

Querido Joseph, tú eras el amor de mi vida, mi causa perdida. Después de tantos años, me atrevo a pedirte que devuelvas mi corazón porque no quiero vivir así, devuélveme la canción que con sueños un día escribí, después de tanto entendí que nuestra luz se acabó y aunque yo la quise encender no todo lo pudo el amor.

Esta es la historia de mi vida, la historia que no tuvo un final feliz porque tan solo renunciamos al amor que nos teníamos y me han hecho entender que los para siempre son promesas incompletas, son palabras que con el tiempo solo lastiman, son recuerdos difíciles de olvidar.