Cuando Thomas conoció a Oliver a la edad de diez años, su primer pensamiento fue que no quería separarse de él por mucho, mucho tiempo. Sin embargo, al ser solo un niño, no conocía siquiera los nombres de las emociones tan abrumadoras que sintió en aquel momento, pero, si de algo estaba seguro, era que esa relación que compartían, sea cual sea, no se acabaría tan pronto.
Tan acertado estuvo que, años más tarde y siendo adultos, su relación era dificil de romper ¿El problema? Thomas no se conformaba solo con su amistad. Por lo que intentaría con todas sus fuerzas lograr que fueran más que solo amigos.