Esta es la segunda novela de la saga Herencia de dioses.
En un mundo donde los dioses y los humanos coexistieron, se creó una línea de sangre única que llevaba consigo poderes especiales. La descendencia de Ares, el dios de la guerra, era conocida por su ferocidad y destreza en la batalla. De esta línea de sangre nacieron los gemelos, la princesa Ira y el príncipe Odio. Desde su nacimiento, quedó claro que ambos hermanos eran diferentes a los demás.
El príncipe Odio quien exiliado en el ártico, orquesta un plan de venganza encuentra en el camino a Nathaniel, un artista con quién compartirá un secreto y que lo enamorará con su talento y sensibilidad. A medida que Nathaniel descubre la verdadera identidad de Odio, se debate entre el amor que siente por él y el conocimiento de su oscuro pasado.
Odio, resentido por haber sido desterrado del reino de Atenea, desea vengarse de su hermana gemela. Con este deseo se acerca cada vez más a Nathaniel. Su plan consiste en utilizar el talento artístico de Nathaniel para crear una expresión única y tejer una trampa. Sin embargo, a medida que Nathaniel se adentra en la mente y el corazón de Odio, descubre que no todo es como parece. A pesar de su aparente maldad y sed de venganza, Odio también alberga un profundo dolor y una necesidad de ser comprendido y amado.
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.