"Hacia el sur de la plaza central, a escasas tres construcciones, había una pequeña casa que ofrecía al paisaje no más de una puerta pesada y vieja, una pequeña ventana totalmente cubierta que no permitía el paso de luz y un rótulo de madera que su dueño había colgado en el cual se leía: "El Bibliófilo de Bilgi" -que nadie, excepto él, sabía lo que significaba."