Obedecer y siempre brindar placer. Podemos hacer tus fantasías realidad, en el Brulet. No importa cuánto grites o intentes huir, el Brulet siempre será más fuerte y donde te escondas te encontrará. -Eres mía, Aurora. -Soy una prostituta.-dije con desprecio.-No le pertenezco a nadie. No confíes, no hables solo obedece. Es difícil descubrir la verdad cuando todo lo que el Brulet quiere es jugar con tu mente. Cada persona de aquí es tan despiadada y culpable como la anterior.