"No estoy enamorada de mi mejor amigo, no estoy enamorada de mi mejor amigo, no estoy..."
Ese es el mantra que tiene que repetirse a diario Tylwyth Bree cuando está con su vecino y mejor amigo Trent McTavish, el chico que desde pequeña ha sido su héroe, pero Trent está muy lejos de su alcance; es guapo, inteligente, popular, una estrella del atletismo en su universidad..., y lo más importante: él la ve como a su hermana pequeña. O eso cree ella.
Son los mejores amigos, como almas gemelas, todo el mundo piensa que están hechos el uno para el otro, aun así, Tyl no está dispuesta a arriesgarlo todo y perder su amistad. Por eso intentará pasar página a toda costa pero... Las cosas entre ellos cada vez se vuelven más intensas y Trent no le pondrá nada fácil ocultar sus sentimientos por él. El deseo que sienten el uno por el otro cada vez es más palpable y es muy difícil mantenerse alejados...
¿Serán capaces de superar los miedos y obstáculos para darse una oportunidad? o, ¿preferirán salvar su amistad e ignorar lo que verdaderamente sienten?
Matt Adams sabe que él no nació para el romanticismo, ese gen simplemente no se encuentra en su ADN y punto. Lo de él es ser divertido, despreocupado y propenso a calientes encuentros con chicas que comparten su filosofía.
Allie Howe, por otro lado, vive para conseguir la aprobación de su severo padre, quien parece esperar todo el tiempo que cometa el más mínimo error para crucificarla.
Cuando las esperadas vacaciones de verano llegan, ninguno de los dos cuenta con encontrarse viviendo bajo el mismo techo. Pero eso es exactamente lo que ocurre.
Allie no soporta a Matt... A Matt eso le parece divertido.
Ella quiere que se vaya de su casa, él está decidido a quedarse.
Las murallas entre ellos están levantadas, ¿serán capaces de derrumbarlas?
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