- Soy tu esposo- gritó - Pero no mi dueño- dije en el otro lado de la línea. - Deberías saber comportarte- aún enojado. - Entonces sal tu primero del prostibulo- sonrisa coqueta. - estoy cerrando un trato, se que tus gustos son diferentes- suspiro- pero debes mantenerte al margen- lo interrumpo. - Entones te hubieras casado con la chica perfecta, para el mujeriego que eres- mi voz era firme. - Eres de mi propiedad- Corte línea. - Nunca dije que sería tan fácil la VENGANZA- le di un beso a la chica que estaba a mi lado, sabía perfectamente que él estaba observando.