OCEAN EYES | ETHAN LANDRY

Sus ojos, tan azules como el cielo en un día despejado, escondían un abismo de dolor que arrastraba desde aquella trágica noche en Woodsboro.

Las cicatrices en su piel, obsequios de una traición que jamás imaginó, no eran marcas cualquiera; eran recuerdos tallados con la precisión cruel de un afilado cuchillo, como pinceladas que narraban una historia de confianza perdida y amistades rotas.

Comenzar de nuevo era un desafío. Aprender a confiar en quienes te rodean, aún más.
¿Y entregar el corazón? Para algunos, imposible. Pero los humanos somos criaturas caprichosas, regidas por el deseo de amar, incluso cuando la razón grita en contra.

Donde otros solo veían locura, ella encontraba amor.
Para el mundo, su devoción era insensata; para ella, era la prueba más pura de su pasión. Porque lo que algunos llaman demencia, hasta un trauma, ella lo llamaba simplemente estar enamorada.