Messi tiene todo en esta vida. Todo lo que tiene es gracias a que es el mejor jugador del mundo, según el mundo mismo. Pero poco a poco se va dando cuenta de que a pesar de que tenga eso, no quiere seguir siendo Messi. No soporta más la presión de ser famoso y que todos los ojos estén encima de él. Es por eso que durante sus vacaciones en México finge su muerte para no tener que regresar al mundo del deporte. Y sin saberlo allí conoce a Guillermo Ochoa, un ciudadano en medio de un pueblo donde no reconoce al jugador más famoso del mundo. Memo le enseña las cosas simples y hermosas de la vida a Messi