"Querido Julián A.: Me besaste sin razón alguna. (...)Se suponía que mi primer beso iba a ser especial. He leído al respecto, sobre lo especial que debía ser: fuegos artificiales y relámpagos y ondas de sonido colisionando en tus oídos. No experimente nada de eso. Gracias a ti fue tan vulgar como cualquier otro beso. (...) Y lo peor de todo es que ese ridículo beso es lo que hizo que empezaras a gustarme."