El ser humano es una mezcla indisoluble de biología y cultura. Por eso nuestra felicidad depende, en gran medida, del equilibrio entre ambas naturalezas, que avanzan hacia objetivos diferentes aunque no contrapuestos.
La dicotomía sexual, fundamental en la base biológica de nuestro comportamiento, determina unas características que afectan a nuestros roles sociales. La ideología de género, con su negación de la base biológica de la persona, trata de construir un ser humano basado solo en su naturaleza cultural, lo que genera en el individuo concreto un alto grado de infelicidad e irracionalidad.
La autora, haciendo uso de un lenguaje claro y divulgativo, desmiente los postulados y conclusiones de la ideología de género desde campos tan diversos como la antropología, la neurofisiología, la anatomía y, sobre todo, la realidad, el sentido común y la experiencia cotidiana.
La primera parte desarrolla el origen, la expansión y la relación con los lobbies homosexualistas de este constructo social, así como la imposición a las mujeres de un modelo masculinizado que las niega como tales y desprecia sus deseos, comportamientos, gustos percepciones y capacidades; en definitiva, cuanto de diferente y valioso tiene la identidad femenina.
La segunda parte desarrolla las ramificaciones de la ideología de género: la persecución de la masculinidad, las técnicas de manipulación utilizadas para implantarse, sus formas de financiación, las legislaciones que impone, el adoctrinamiento a los menores y sus implicaciones en la sociedad y la familia.
Es, pues, un libro que pone al descubierto la silenciosa infiltración de esta ideología reduccionista en nuestra vida y entorno.