La sociedad, eso que todos conocemos como "el mundo donde vivimos". Algunas personas están tan felices en su puesto en la sociedad que no les importa machacar a los demás.
Los amores entre distintas partes de la sociedad están mal vistos, casi siempre por los que están arriba. Y mas si estas personas son egocéntricas y solo piensan en ellos y en maneras de subir su estatus.
- No tengo nada para darte.- le dijo el desconsolado, habían perdido, los dos habían perdido.
- No necesitamos dinero para ser felices - le contesto ella con una sonrisa forzada, acunando su cara en sus manos.- Solo a nosotros mismos. Y nuestro amor.
- Con amor no comeremos, con amor no tendremos casa, ¡CON SOLO EL PUTO AMOR NO VAMOS A PODER VIVIR! - Le dijo alzando la voz.
Ella se asusto un poco y se alejo - siempre has tenido una vida de lujos y siempre sera así. Debes volver a tu casa. - le dijo apunto del llanto.
- ¿El puto amor? ¿Eso es lo que es para ti? ¿No crees que sea importante? - le pregunto ella disgustada. Sí, lo estaba consiguiendo. Debía alejarla de él por su bienestar, no podían estar juntos.
- No, no lo es. Es mas, sin dinero no me sirves. - Le dijo el renegándose a llorar frente al amor de su vida, su plan iba perfecto y no lo iba a estropear. Ella quedo totalmente anonadada, impactada, dolida y engañada, ¿como pudo caer tan bajo? Se levanto del suelo dispuesta a irse cuando lo escucho llamarla, sonrió a sus adentros y se volvió.
-No olvides cerrar la puerta cuando salgas. - Toda expresión de felicidad se borro de su cara y salio de la casa. Cerrando la puerta.
El lo había logrado. La había alejado de el por su bien, pero también pensó, que había alejado a su único y verdadero amor.
¿Había echo bien? o él ¿Debió haber luchado contra todo por su amor?
Algo que Doug siempre supo es que la hermana Jefferson era intocable, perfecta y definitivamente no destinada para él. ¿Pero algo que también supo? Que por más que lo intentara no podría huir de ella, no cuando esos ojos azules verdosos y sonrisa angelical estaban destinados a perseguirlo en sueños, duchas e incluso en el escenario, ¿y por qué no decirlo? También lo perseguían mientras escribía una canción.
El problema de Hilary siempre se ha reducido en volver al mismo punto de partida: desear a Doug McQueen. Incluso viéndolo en revistas con todos sus ligues, ella no puede huir de los cosquilleos en su estómago, ni el deseo de tenerlo para sí misma.
¿Qué se hace cuando se desea lo prohibido? Lo tomas y ese es el error que Doug ha creído cometer. Ha tomado su deseo.
¿Dónde radica el error de Doug? En tomar el deseo que lleva por apellido Jefferson, el mismo apellido que sus dos sobreprotectores amigos , compañeros y hermanos de banda poseen.
Se han dejado llevar, las cosas fueron más allá de lo planeado y ahora no saben cómo enfrentarlo.
Una cosa es cierta: Doug no sabe cómo decirle a los hermanos Jefferson que ha dejado algo más que besos en su hermana, que ha dejado algo echando raíces en su cuerpo.
Entonces así es como sucede, así es como Hilary siempre ha sido y parece ser el deseo prohibido de Doug.
Libro #2 De la saga BG.5.
DISPONIBLE LOS PRIMEROS 15 CAPÍTULOS Y SUS EXTRAS.
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