Noches oscuras y frías, las calles desoladas con solo algunas farolas brindando su tenue luz. Lo que para muchos podría verse como un escenario terrorífico, para Edgar, era una gran fuente de inspiración y un escenario bastante tranquilo, según él, el silencio de la noche era cómodo y las calles sin multitudes relajantes, por eso, disfrutaba de las caminatas nocturnas; Diariamente salía por las noches y caminaba por las calles sin un rumbo fijo, mayormente para reducir el estrés y ansieda que se acumulaba en él diariamente, siempre era acompañado por su pequeño, fiel y peludo compañero, karl, pero sin previo aviso, su rutina se había visto interrumpida por cierto detective de cabello azabache y orbes esmeralda, Edogawa Ranpo.