Los libros de historia recuerdan la Rebelión de Robert como la última gran guerra. Una guerra donde no hubo vencedores, solo vencidos. Tras la muerte de Rhaegar, los sueños y la esperanzas de la Casa Targaryen recayeron en su hijo, Aegon. Dieciséis años después, Aegon se sentará finalmente en el Trono de Hierro. Su moneda caerá del lado de la grandeza o de la locura?