Portada de @adrianaNavarro030 Los miré entre asustada e intrigada. El lobo se había incorporado y ahora estaban a la misma altura. Él enseñaba sus dientes y el oso, ¿se encogía de hombros? Sentía como el ambiente se cargaba de una energía amenazadora. Sentía que se iba a disputar una pelea. Sabía que debía apartarme o yo misma acabaría metida en medio sin quererlo. Me arrastré hacia atrás hasta que me choqué con el tronco de un árbol, impidiéndome el paso. Ambos animales me miraron, como si se acabasen de dar cuenta de mi presencia. Entonces el oso comenzó a caminar hacia mí, ignorando el enfado del lobo, era como si me estuviera reclamando como suya. Yo era su cena. Justo cuando el lobo se agazapaba para saltar sobre el enorme animal oscuro, cerré los ojos y grité lo más fuerte que pude...