Durante la dinastía Joseon, japoneses eran exportados a joseon (Corea) para satisfacer las necesidades de los habitantes, sin importar si eran vitales o carnales. Por supuesto, los japoneses tenían el derecho a elegir que trabajo podía serle asignado, obviamente seguían siendo trabajos sucios. Durante aquél periodo, dos chicos entablaron una amistad honorable. Siendo luego separados por el destino, uno siendo hijo del monarca terminando siendo príncipe y otro un humilde oficial. Uno no podía ver la belleza de los colores y el otro sin saberlo, tenía una enfermedad que poco a poco lo estaba matando. "Estaremos juntos incluso después de la muerte, estaré a tu lado como una glicina cada noche cuando hagas tus caminatas por el campo de flores"