Matteo y Mia se conocen en circuntancias muy extrañas del destino. La noche que se ven por primera vez él se enamora profundamente de ella, pero un malentendido hace que su relación empiece a ir en picada en un constante intercambio de provocaciones y sarcasmos. Ellos tienen más cosas en común de lo que creen y su mutua apatía esconde una atracción cada vez más intensa. Pero cuando Matteo trata de conquistarla, Mia le deja claro que no está interesada en ningún tipo de relación física y menos sentimental. Mia tiene sus propias razones para mantenerse distante, que poco a poco irá revelando a Matteo. La tensión entre ambos llega a un punto crítico cuando Matteo se declara y Mia se ve obligada a confrontar sus sentimientos hacia él.