El y su amigo tenían una tradición. Una tradición que resultó toda una interesante travesía. Cada año, Sebastián Villalobos y Mario Ruiz ponían un número telefónico al azar y lo agregaban a la conocida red social de WhatsApp; una herramienta útil para el trabajo, una manera de conseguir un nuevo amor, una forma de comunicarse con amigos lejanos, entre otras cualidades que podrían denominar a esta red social. Ellos no buscaban nada de aquello, sólo buscaban diversión y tal vez tener alguien con quien hablar por los días y las noches que pudiesen tornarse aburridos. Mediante el simple juego de "piedra, papel o tijera", seleccionaban al chico que pondría a disposición su móvil para poder llevar a cabo la extraña tradición. Quien fuese escogido debía seguir una serie de reglas, al menos por el mes que ellos mismos establecieron. Tres simples reglas que ambos debían cumplir: 1. No dejar de hablarle a pesar de su antipatía o que no conteste. 2. Si su sexo es femenino, no invitarla a salir. Esto se aplica para ambos. 3. No mostrar afecto mientras dure el mes.