INSACIABLE

Yo lo tenía todo. Joyas, ropa, zapatos, carros, motos, terrenos... la lista parecía interminable. Desde fuera, mi vida era la envidia de cualquier mujer, pero nadie imaginaba la verdad detrás de esa fachada de lujo. Nadie veía a la mujer rota que se escondía detrás de las apariencias, a la que estaba dispuesta a todo, incluso a matar, para proteger lo poco que quedaba de ella.

Hubo un tiempo en que fui como un cristal brillante, perfecto, pero ahora soy solo un cristal roto, con cada fragmento afilado por el odio y la venganza.

Dicen que siempre hay una luz al final del túnel, pero yo aprendí que, a veces, esa luz no es más que otro fuego que arde para consumirnos. Y sin embargo, ahí estaba él: un hombre tan oscuro y peligroso como yo, pero de alguna forma, también mi única luz.

Éramos dos caminos que nunca debieron cruzarse.
Dos líderes de las mafias más temidas del mundo.
Dos almas marcadas por el pecado y la sangre.

Él era insaciable, capaz de conquistar a cualquier mujer con una sola mirada, pero por alguna razón, solo me quería a mí. Al principio, fue un acuerdo de negocios, un pacto entre aliados. Pero pronto, el placer y el poder nos ataron de formas que ni siquiera podíamos entender. Él era insaciable en todo sentido. ¿Y yo? Tal vez lo era aún más.

-Eres verdaderamente insaciable -le dije una noche, con una sonrisa que ocultaba tanto como revelaba.
-Tú lo eres aún más -me respondió, mirándome como si fuera lo único que existiera en su mundo.