No recuerdo un solo evento o un solo día de mi vida, sin su presencia. Siempre estuvo a mi lado. Me ha visto reír y llorar. Ha sido testigo de mis enojos, de mis berrinches y de mis iras. Conoce todo de mí y no me preocupo por esconderle nada. No me imagino siendo tan transparente con nadie. No me visualizo solo, sin ella. Sin su voz, sin sus miradas, sin su aroma. Ella y mi vida son lo mismo. Se respiran entre sí. Por qué íbamos a separarnos, si no le hacemos daño a nadie.