Agus y Teo compartieron un romance adolescente en los sucuchos de su escuela católica, pero los años pasaron, los deseos opuestos causaron la pelea que los convirtió de amantes a completos extraños que solamente compartían un pasillo en la facultad. Ese hubiera el final de su historia si no fuera por que este año el departamento de dirección de la facultad de artes dramáticas decidieron que la tesis final se realizaría en parejas con estudiantes de dos cátedras diferentes. Lo qué pasó de ser miradas vergonzosas llenas de rencor y angustia en los pasillos, pasa a ser meses de trabajo en equipo, y la tremenda atracción de la curiosidad sobre lo que pudo haber sido