Esta es una historia la cual muestra que Dios puede perdonarte. Todo lo que hagas, cada crímen o atrocidad que cometas, va a ser absorbida por el amor del Dios padre todopoderoso, creador del cielo y la tierra. Una vez peques y te confieses, vas a estar a salvo del infierno, pero del ser humano no.
Cícero, con intenciones de convertirse al catolicismo para ganarse nuevamente el cariño de su esposa, se dispone a participar de un retiro espiritual con duración de dos semanas. Todo transcurre en un condominio de hermanas ubicado en medio de la ciudad, con grandes parques, habitaciones y demasiadas cruces. Está regido por todas mujeres, y entre ellas está una joven novicia, llamada Astrid. Cícero, al verla, no la logra recordar, pero ella se acuerda excepcionalmente bien de él.
Ahora, con el permiso de Dios, Astrid va a tomar su mano y romper cada mísero huesito, hasta que reciba una cucharada de su propia medicina, por todo lo que él hizo en el pasado.
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.