¿En verdad él amaba a alguien como yo? Me miraba al espejo y las ojeras debajo de mis ojos rojos no ayudaban para nada, lucía demacrado y acabado. Era una mierda. ¿Realmente le gustaba? - Samuel ¿Piensas que soy lindo? - dejé de mirar el espejo fijándome en sus ojos. Se levantó de la cama sin dejar de mirarme y caminando lentamente en mi dirección puso ambas manos en mis mejillas y me miró fijamente. - Cariño eres lo más precioso que tengo.