Siempre me gustaron las personas con carácter. Que fueran crudas al decir lo que piensan, astutos, con miradas agudas. Quizás por mi propia personalidad altanera me gustaban tanto los villanos en las historias, sin embargo, la vida no es como las historias que suelo leer. Tener una personalidad muy brusca trae consecuencias, a la vez, tener una personalidad muy sumisa equivaldría a lo mismo. Problemas, problemas, y más problemas. Las personas eran masas hipócritas que se aglomeraban según su nivel de desfachatez. El calor era irritante, el frio era irritante. El trabajo era rutinario. Los estudios eran una copia sin fin de conocimientos abstractos, que solo se limitaban a darnos migajas como polluelos en un gallinero del cual no se puede salir.
Lea, camille, Andrea, Iris... y muchos nombres mas, todos reducidos a un juicio por igual. Esta es la historia de un Dios que juzga, que no es omnipotente, que siente y duele. Que acepta que ser humano es mejor que ser un ser superior. Que llora, grita, vive.
Envuélvete en una fantasía en donde el sexo, la bipolaridad y el amor, llega al limite con nuestra protagonista. Bienvenidos a una vida de muchas, en donde el principio es el final.
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Aclaratoria: la imagen no me pertenece.
Contiene violencia, escenas de sexo, cambios de personalidad, y un sinfín de cosas turbias.
[Desgaste rápido + Mimos grupales + Lider femenina gentil + Escoria aplastante]
Su Zhiruan había muerto inesperadamente y estaba atada al Sistema de parto.
Completar tareas le haría ganar la vida eterna y una riqueza inagotable.
¡Esto suena genial! En su última vida, no tuvo hijos. Después de unirse al sistema, fue bendecida con muchos hijos y fue mimada hasta el cielo por el protagonista masculino.
¡Todos sus hijos eran obedientes, sensatos y fáciles de criar, lo que la convirtió en una verdadera portadora de fortuna!
[Escenario uno]: Cinco años después del reinado del Emperador, el harén no había producido descendencia. Después de una noche de pasión con Su Zhiruan, el harén se llenó de príncipes y princesas.
El Emperador los adoraba incluso durante las sesiones de la corte, dejando de lado su comportamiento imperial para jugar con los niños y enseñar personalmente a los príncipes. Su mirada hacia Su Zhiruan se volvió cada vez más ferviente.
"Querida, ¿te gustaría ser mi Emperatriz y juntas cuidar de nuestros hijos, convirtiéndote en mi esposa por encima de todas las demás?"
[Escenario dos]: Se rumoreaba que el caballero más misterioso de la capital estaba discapacitado. Se acercaba a la mediana edad y no tenía descendencia.
Sus parientes lo observaban con curiosidad y deseaban su muerte a diario.
La llegada de Su Zhiruan desbarató por completo sus planes, ya que ella le dio a este apuesto hombre una prole de hijos.
Cuando pensó en irse, él la abrazó, sus ojos normalmente fríos y orgullosos llenos de súplica. Su voz era profunda y baja.
"Esposa, por favor no me dejes a mí ni a nuestros hijos. Te lo ruego".