Sevilla. Año del Señor de 1755. Martín Domingo regresa de las Américas dispuesto a cumplir el juramento hecho años atrás ante el Cristo de la Vera Cruz: desposar a Carmen. Ahora es rico y posee un título, por lo que está seguro de que Don Rodrigo no le negará la mano de su hija. Sus aspiraciones se verán frustradas, pues el orgulloso hombre no está dispuesto a dejar que Carmen se case con un advenedizo. Pero lo que los hombres disponen, el Cielo lo puede enmendar. Un breve relato romántico que nos llevará a recorrer las calles de la Sevilla del siglo XVIII.