Hayley, piensa que para poder ser feliz solo necesita un par de libros, unos cuantos gatos, buena música para despejar la mente, terminar sus estudios y a su mamá, siempre evitando todas esas cursilerías del amor. Pero una noche que la atormentará hasta el fin de sus días, cambia su vida rotundamente, la llevará a tal depresión que ni ella misma lograra reconocerse luego de esa tragedia.
En el trascurso de las peleas con ella misma para tratar de rellenar aquel vacío estando en casa de su tía, todo esto la llevará a conocer un chico tenebrosamente sexy y cautivador para la vista de cualquier chica hasta para la de los chicos pero ella no sabe que lo hace ser tan condenadamente cerrado y misterioso. Le asusta lo grande que pueden llegar a ser sus sentimientos que la aten a él y peor aún que él sea como una vez lo fue su padre. Los fantasmas de su pasado son más aterradores de lo que ella creía. Él se le pegará a la piel de una manera tan inigualable que jamás había experimentado con nadie que el estar alejada de él le causara perder la razón, e incluso el control.
Él será un hueso muy duro de roer que hasta los dientes se le pueden llegar a caer pero nadie sabe qué va a suceder.