
Los sueños, a veces, pueden salvarnos cuando la realidad resulta aterradora. Pero, ¿qué sucede cuando el sueño también nos traiciona y se funde con nuestra vigilia, hasta volverse una sola? Se borran los bordes del mapa, ya no hay refugio al cerrar los ojos; el monstruo que habita en la almohada camina de día por el pasillo de casa. No hay tregua, ni puerto, ni orilla, solo un eco que se muerde la cola: el miedo ha aprendido a soñar, y el descanso se ha vuelto otra forma de guerra. ⋆˚࿔⋆˚࿔⋆˚࿔⋆˚࿔⋆˚࿔⋆˚࿔⋆˚࿔⋆˚࿔ ⋆Historia 100% mía. ⋆No se aceptan adaptaciones. ⋆No se aceptan inspiraciones. ⋆No se aceptan copias.All Rights Reserved
1 part