Los recuerdos vividos en esa época se quedan atrás y esos recuerdos permanecen en una vida consciente. El la amaba tanto a ella que era capaz de sacrificar todo por su amor. Su vida le pertenecía. Su cuerpo y alma. Ella había arriesgado todo lo que tenía para estar a su lado. Y no dejaría que se interpusieran en su camino junto a él. Esa época fue lo mejor para ellos dos. Viviendo juntos su época de los años dorados. Más debo decir, no todo dura para siempre. O quien sabe, capaz pasará un milagro.