La distancia entre dos personas se prolonga según la bifurcación de sus caminos, algunos se mantienen juntos a pesar de la cantidad de salidas con las cuales se topan mientras continúan avanzando, otros simplemente se unen. El camino de Florence se bifurco de manera extraordinaria, una y otra vez, sin llegar a tener el valor de cambiar el rumbo. pero los caminos que son para nosotros permanecen, llegan, se unen y se cierran. No importando si es o no la persona con la que duermes.