Los deberes de Anjali como organizadora de bodas normalmente se reducían a planificar la recepción, pedir las flores... ¡Pero tener que ser ella la que subiera al altar nunca había ido parte del trato! Al menos, hasta entonces. La novia de Rahul Raichand había decidido romper su compromiso, y la verdad era que a Anjali no le sorprendía. Era un hombre atractivo, pero también irritante y exigente. Y a Anjali le hacía una exigencia muy específica: necesitaba una novia sustituta y, puesto que había encargado sus servicios para que organizara su boda, tenía que ser ella la que ocupara aquel lugar.