Agatha siempre le ha temido a muchas cosas. A las arañas, a los monstruos debajo de su cama, al amor y a no ser suficientemente buena para convertirse en una gran escritora. Desde niña ha sabido dejar ver la gran pasión por combinar palabras que terminen en versos y conectar personajes hasta formar una historia, sin embargo, ninguno de los escritos que alguna vez inició fueron siquiera capaces de convertirse en algo mas que dos breves capítulos. Soñaba con ser quien para ella eran su padre y su escritora favorita, para otros jóvenes, y ello tendría lugar luego de un sueño que la inspiró a escribir una gran historia de amor. Pero para eso necesitaba a una chica.