Cuando el mundo te juzga por lo que se ve, por lo que se sabe de ti o por lo que se cree que eres, de nada valen las explicaciones. Si no te atrae la portada de un libro, la presencia de un alimento aún desconocido, o el físico de un hombre o una mujer, no leerás, no comerás, no amarás.
Eso piensa Robin DeLuca, porque es esa la historia de su vida. Ha aprendido a vivir con ello y no le importa; aunque en el fondo desearía que Silver Mur, el chico del que lleva enamorada par de años, dejara de fijarse solamente en lo que muestra en la superficie.
Él, por su parte, no desea que las personas a su alrededor lo conozcan a profundidad y lucha por revelarse al mundo, como no es en realidad; hasta que conoce a una misteriosa mujer que inesperadamente, lo hace querer confiarle sus inseguridades.
Un chico y sus incertidumbres, una chica y sus conflictos, una dama y sus secretos.
Romances, misterios, traiciones, amistades, sexo, amor es lo que les espera a este trío de inestables y a aquellos que los rodean.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.