Aifé sabía que las cosas no podían terminar bien cuando conoció a Andrés. Primero fueron los tríos, después los videos íntimos. No supo qué pasaba hasta el día que la encajuelaron y reconoció la voz de Andrés entre los secuestradores. Deseaba volver, abandonar la vida obligada y retomar su pasado justo donde lo dejó, en su pueblo. Pero conforme más tiempo pasa en el negocio, más difícil le resulta irse. Un poco de poder, le es suficiente para desear quedarse. ¿Qué es lo que le prometen que la hace olvidar su deseo de libertad?