Suelen llamarme Huracán, porque vaya a donde vaya genero caos. Supongo que papá me dio muchas libertades desde pequeña, criar solo a una niña en un mundo como este era complicado. Quiero decir, ¿quién iba a enseñarme a ser una señorita? ¿Mi padre? Como sea, mi nombre y «problemas» solían ir de la mano. Y entonces conocí a Marco Ricci, el Capitano de la Ndrangheta, y el hombre más serio y controlador que he conocido en la vida. No iba a dejar de crear problemas, que lo tuviese claro.