Con plena libertad de estar en compañía de un alfa, gracias a sus grandes habilidades en controlar sus y las feromonas de los demás. George había conseguido ganar popularidad al ser el único omega en poder vivir una vida como un beta. Aunque el gran talento del primer omega en poder verse inmune a las feromonas, se vio opacado por las burlas de los que lo comparaban a un beta, aburrido y ordinario. Habiendo sido comparado tantas veces a un beta, había empezado a pensar que talvez tenían razón, talvez ser un beta le quedaba mejor. Ese problema no fue tan grave hasta que llego a los oídos de sus padres, quienes estaban desesperados por qué su hijo demostrara lo contrario. Para George no era ningún insulto ser comparado a un beta, lo que si le cansaba era no poder tener paz. Una tarde en la que la curiosidad fue más letal que las feromonas de un alfa dominante, George había podido comprobar que en efecto era un omega. Una solución resultó en otro problema. ¿Para quién será más difícil, para-George, esconderse del pasado o para su ahora "problema" que no tiene la posibilidad de conocerlo? Un desconocido puede llegar a ser un amigo y más, al igual que muchas cosas inevitables de la vida.