Hanma se comporta más extraño de lo usual, Kisaki no encuentra paz en su mente a la hora de pensar en su cómplice de maldades. El joven Omega no entiende porque la imagen de Hanma atormenta todo su ser. La ansiedad mezclada con el fino sentimiento de vergüenza le hace querer descubrir cuáles son sus sentimientos hacia Hanma. Ni él sabe que siente, solo puede estar seguro de que no le gusta sentirse así, pero no puede evitarlo. Mucho menos después de un pequeño asunto bajo la lluvia que le ha dejado el recuerdo eterno de un primer beso.