Morgan Dallas, una adolescente con la vida hecha un lío pero aún así teniendo la misma actitud pasiva-agresiva de siempre, debe ser porque nació en una cuna de oro pero a su vez llena de egocentrismo. Ser la niña la cual protegían sus hermanos la hacía sentir segura de si misma de cierta forma, lo que hacía que lo del exterior para ella solo era algo minúsculo y le gustaba transmitir la misma seguridad a sus hermanos menores, quería demostrarle lo mismo que sus hermanos a ella, que la la hermandad era primero, todos se apoyaban entre si ya que la relación con sus padres nadie la sabia sobrellevar. Sólo se tenían a ellos mismos.
El fin de un etapa se aproxima para darle paso a una nueva en la vida de Morgan; la Universidad. Aunque está no era cualquiera, era Stanford, ella ni sabe cómo consiguió que la admitieran aunque era obvio, dinero y apellido, si se permitía cuestionar las cosas, problamente se sentiría muy mal pero prefería hacerse la tonta y no pensar demás.
Pero el universo le ha concedido algo a Morgan, algo que ella no conocía; el abrirse al mundo, el no tener que ser un dolor de cabeza siempre y que nos podemos dejar querer por otros. El destino pone a nuevas personas en su camino y aunque el recorrido no sea fácil y que las cosas no inicien de maravilla, va a empezar a llevarse de maravilla con estos seres impredecibles y elocuentes.