Para Mikasa Ackerman el momento decisivo que tanto temía había llegado, ya no había vuelta a atrás. Tendría que matarlo. Tomo aquella bufanda roja recordando la primera vez que la tuvo, la primera vez que Eren la envolvió en su cuello. Esa noche y con ese pequeño detalle que nos unió para siempre, él me salvo de hundirme en la oscuridad. "Cuando yo muera deshazte de la bufanda" fueron las palabras de quién tanto amaba, pero eso no iba a suceder nunca.
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