Tentación

Y es que Estela sabe como sacarme una sonrisa cada día. Me tiene loca desde el momento en que nuestros labios se rozaron, aquel 9 de septiembre. Sí, fue todo muy de película: un picnic frente al mar, con los rayos del Sol que iban haciéndose más intensos a medida que iban pasando las horas; y el beso lento, intenso, con ganas.

Ella sabía que no iba a ser fácil para mí, ni para ella, ni para su pareja desde hacía un año y medio que no sabía nada de mí, Bárbara. Pero después de casi seis meses viéndonos casi cada día… Cada vez estábamos más unidas. Hemos intentado acabar miles de veces, pero el hecho de intentar separarnos, nos une más. Todas las despedidas que deberían poner punto y final acaban siempre en un puntos suspensivos en el sofá de su casa.