La vida de Logan Scott es demasiado perfecta para ser real, o al menos es lo que siempre ha pensado, hasta que su carrera como jugador de hockey en la NHL empieza a culminar la fama tal y como su padre lo hizo años atrás, lo que conlleva algún que otro sacrificio. Tras toda la fama de su padre como uno de los mejores jugadores de hockey de la historia, Hazel escribe novelas eróticas en secreto y es muy conocida en una plataforma digital, pero llega el momento en el que se queda sin inspiración y no le queda otra más que recurrir al hockey para su nueva novela por mucho que se niegue a que vuelva a formar parte de su vida. Y cuando Hazel y Logan se conocen, no son capaces de verlo de otra forma: fingir que salen juntos es la única opción con la que ella puede inspirarse y él demostrarle a sus padres que tiene derecho a elegir lo que quiere en su vida. Lo que ninguno sabía era que su historia comenzó mucho antes de incluso nacer, y esa maldita historia podría arruinar la suya sin siquiera empezar. Pero no podía ser casualidad... ¿verdad? Esto tenía que ser cosa del destino. O, al menos, es con lo que Logan trataba de convencerse a sí mismo.