"Déjame hacerte una pregunta sobria: ¿Te emborrachaste para besarme o me besaste porque estabas borracha? "
Ninguna de las dos esperaba lo que ocurrió esa noche, pero ya sabes lo que dicen: cuando algo es para ti, ni aunque te quites.
Erin, siempre un manojo de nervios, tímida y un poco torpe, tiene un corazón tan frágil como un pollito. Pero todo cambió la noche en que conoció a Eliza. Lo que comenzó como un encuentro ordinario en una parada de autobús, con Erin convencida de que su preciada cartera de ranita estaba en peligro, se transformó en un giro inesperado del destino. A veces, las cosas no son lo que parecen, y esa noche, el destino tenía otro planes.
📝 Nota 📝
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