Anatomía del amor | Derek Shepherd
El nombre Vitale era un nombre familiar en el mundo de la medicina. Con el nombre llevaba la expectativa universal de estar entre los mejores de los mejores o, en el caso de Mellea, la hija pequeña, la creencia de que todo le había sido entregado en bandeja. Por el contrario, lo único que le otorgaba el apellido Vitale era el estrés adicional de ser la mejor, de estar a la altura del nombre que su padre y su madre habían construido para ellos.
Lo que definitivamente ayudo fue que Mellea fuera naturalmente inteligente y se las arreglara para permanecer en el primer puesto de su clase. Termino la escuela y el instituto un poco antes de tiempo y se graduó en las mejores universidades con honores.
Siendo pequeña, Mellea conoció a una niña cuando acompaño a su abuelo a trabajar en el hospital, dicha niña se llamaba Meredith Grey, que paso a convertirse en su mejor amiga.
Estudio los primeros años en Harvard, pero queriendo algo diferente a lo que tuvieron sus padres, asistió a la Facultad de medicina Geisel, el lugar en el que se reunió con Meredith después de unos años.
Las dos recordaron los viejos tiempos e hicieron un pacto para mantenerse unidas, incluso llegando a asegurarse de ser asignadas en el mismo hospital, casualmente en la ciudad natal de Meredith, Seattle.
Sin embargo, aunque viajaron casi 5.000 km a través de los Estados Unidos, ninguna de las dos parecía poder deshacerse de la reputación que tenían por sus padres de forma innata.
Pero Mellea se iba a esforzar por crear su propia reputación sin que importara la historia de su familia.
