Sin buscarlo mis ojos se encontraron con los suyos, su mirada me llamó la atención desde la primera vez que lo ví, no podía dejar de verlo, trate de hallar la manera de acercarme a el, hasta que lo conseguí.
Siempre escuchaba la frase "El que no se arriesga no gana" Puedo decir ahora, que me arriesgue miles de veces y nunca gane. Nunca pude ser dueña de su corazón.
Lo único que siempre quise fue que mi amor por el fuera correspondido, pero nunca lo logre.
Siempre lo supe de alguna manera, siempre supe que el jamás llegaría a fijarse en mi, me lastime yo misma tratando de cambiar una historia que ya tenía el final escrito.
Pero me convencía a mi misma de que mi amor por el era lo suficiente para los dos. Y si no podía estar con el esta vida, lo esperaría, en esta, la siguiente y las que me quedarán.
Mi corazón se hizo añicos cuando el me confirmó lo que siempre supe. Nunca me amo y jamás lo haría.
Porque al final, todo lo que siempre quise, fue todo lo que nunca tuve.
TERCER LIBRO
Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida.
Sin embargo, algo cambió cuando conoció a Jenna, sus ojos castaños brillantes y su sonrisa tímida.
Pero... tres meses no eran suficientes como para enamorarse de alguien, ¿no? Así que, ¿qué importaba si intentaba pasar más tiempo con ella del que le gustaría admitir?
¿Qué importaba si, después de todo, sí que era tiempo suficiente como para enamorarse?
¿Qué importaba si, por primera vez en su vida, daba a alguien la opción de romperle el corazón?