Me pregunto si él alguna vez ha pensado qué le pasa a esa chica en particular, en esta cafetería antigua, donde trabaja, que siempre se sienta en la misma mesa solo para esperar a que este chico especial le traiga una bebida y nunca tiene las agallas para hablar con él. Porque, bueno, esa soy yo, Breeze Howell. Así que aquí estoy, haciendo la misma rutina de ser un cobarde y preguntándome sin parar qué pasaría si solo hablara con él como siempre, pensando que hoy será otra tarde de jueves de octubre donde solo será mi mesero. Pero eso no fue lo que sucedió este día. Mi rutina finalmente cambió y Liam Boehme se convirtió en parte de ella. Sí, ahora sé su nombre.