Todos estamos destinados a alguien y cuando somos destino las cosas suceden, en un día o en cinco años, hay amores que nacen al atardecer y con el amanecer se separan
Pasan los años y no se sabe nada del uno ni del otro hasta que por cosas de la vida se reencuentran sin saber qué en un pasado se habían conocido y se querían