Recopilación de cuentos cortos para leer en poco tiempo y, quién sabe, inspirarse también.
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Soy una experta en los bloqueos de escritura y lectura. Por alguna razón desconocida, siempre llego a un punto de mi vida en el que leer un simple párrafo de cualquier cosa se convierte en una tortura. Así que, para vencer esa molestia y seguir recorriendo mi camino de aprendizaje literario, comencé a crear cuentos/relatos para soltar la mano y recobrar la tan importante inspiración.
Si alguna vez tienes un poco de tiempo libre y deseas leer algo corto, has llegado al lugar indicado. «Cuántos cuentos cuentas» está diseñado para que leas lo que te llame la atención, a tu propio ritmo. Y si no te gusta lo que hay, me disculpo penosamente; te ofrezco una hamburguesa, un besito en una nalga, o en un pie, lo que creas menos vergonzoso para ti.
Enjoy!
Samantha Rivera y María Victoria Arellano.
No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Victoria era dueña de si misma, Samantha era una chica insegura. Sus manos parecían ser hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.
Samantha era su pequeña.
Está historia no me pertenece, todos los derechos a su autor original.