Durante los años en que vive en aquel edificio todavía no conoce el nombre del chico callado que vive justo enfrente. Ni un apellido, ni la edad exacta, ni un indicio de su identidad; intenta no sacar conclusiones extrañas como que el vecino fuese alguna clase de agente encubierto del FBI pero es imposible no sacar sus propias conclusiones estúpidas considerando el misterio que lo rodea. No ha tenido ninguna interacción con él desde que se mudó, pero una mañana después de que el agua se le fuera cortada no tiene de otra que vergonzosamente pedirle dejarle usar su baño. Es entonces cuando la curiosidad hacia el crece más. ¿Por qué no habla? ¿Es demasiado tímido? ¿Es mudo? Son las constantes preguntas que se repiten en su cabeza. Mientras más se acerca a su vecino, no solo obtiene sus respuestas, también un nuevo sentimiento creciendo en su pecho.All Rights Reserved
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