Julie era una hermosa flor silvestre, vivía en las afueras de una gran ciudad junto a sus padres en la granja. Aburrida y sin sentido a la vida, Julie se encuentra emocionada por encontrar al amor de su vida, el hombre que la saque del pequeño y aburrido pueblo donde se encuentra, el hombre que la haga sentir como la última mujer del mundo. Sin embargo, las cosas de la vida no son como cuentos de hadas. La vida tiene sorpresas lindas y grotescas, Julie vive sin saber su destino, solo imaginandolo.
Mientras Julie vive una vida aburrida y sin emociones, Bella es una artista con una vida llena de emociones; romances, alcohol, drogas, sexo. Buscando un poco de tranquilidad, se muda al pequeño y desanimado pueblo al rededor de la gran ciudad, buscando paz y un momento de inspiración para poder pintar algo que quede marcado para su carrera. Julie buscaba una emoción y Bella tranquilidad.
(Julie la puede imaginar como sea del agrado del lector, sin embargo, en la mente del escritor está la imagen de Sadie Sink)