Helena nunca había sido una chica normal. Ella era peculiar, al igual que su hermano, al igual que su madre. Helena poseía el don de obtener para siempre la peculiaridad de cualquier persona que tocase. ¿Si esa persona tenía sueños proféticos? Helena también comenzaría a tenerlos. Un buen día, gracias a una última mudanza con su padre, llega hasta florida, donde conoce a Jacob Portman, que está investigando un poco sobre la muerte de su abuelo. Es allí donde la vida de Helena da un vuelco inesperado. Los personajes de la obra no me pertenecen, a excepción de aquellos que se mencionen como propios en la presentación. Prohibida la copia o adaptación de la historia, y de sus personajes creados por mí.